Se propone una actuación en un tramo abandonado de “La petite ceinture” de París, un cinturón de vías férreas que rodeaba la ciudad. Para ello se instala a modo de “andamio sólido”, una estructura metálica con perfiles HEB e IPE. Esta va siendo ocupada y colonizada por distintos elementos y usuarios. Se trata de una instalación semi-temporal, con vistas a un posible desmonte o adaptación procurando dejar una huella mínima.
La intervención quiere ser un elemento dedicado enteramente al usuario, a la sociedad parisina, al barrio en el que se ubica, a sus vecinos, sus trabajadores… Para ello propone múltiples usos y abre la puerta a nuevas formas de usar e interactuar con la pieza arquitectónica que queda al servicio del hombre, y no al revés.
Es un elemento que viaja en el tiempo, muta y se adapta a las estaciones del año y a la climatología, para ofrecer una experiencia óptima a los usuarios y para aprovechar al máximo los recursos naturales; que la arquitectura cuente con esa cuarta dimensión del tiempo.